El CD cumplió 30 años
El 1ro de octubre de 1982 comenzó a venderse el CDP-101 en Japón: fue el primer reproductor de discos compactos de la historia, y llegó para pelearle el lugar de reproductor de música por excelencia al disco de vinilo y al cassette de cinta (que la propia Sony había ayudado a popularizar con su línea Walkman).
El disco compacto había nacido años antes, a fines de la década de 1970, como un proyecto de investigación de Philips; su nombre remite, justamente, a ofrecer un soporte físico más pequeño que el disco de vinilo, y al mismo brindar una mejor calidad de audio (aunque los defensores del vinilo siguen discutiendo esto). En forma simultánea Sony había estado trabajando en un esquema similar. Así, ambas compañías se unieron y definieron el estándar del Compact Disc; luego se sumaron CBS (discográfica de Sony) y Polygram (propiedad de Philips).
El primer álbum elegido fue el sexto disco solista de Billy Joel, llamado 52nd Street .
El CD llevó a las masas la posibilidad de escuchar audio de alta fidelidad, registrado en 16 bit y una tasa de muestreo de 44,1 kHz (es decir, que toma 44.100 muestras de sonido por segundo, y codifica cada una usando 2 bytes de información).
El CD original tenía una duración de 74 minutos y 33 segundos, y la leyenda popular sugiere que se hizo así porque la esposa de Norio Ohga, vicepresidente de Sony, quería poder escuchar la 9na Sinfonía de Beethoven en un solo disco, algo que también figura en la historia oficial de Philips. Sin embargo, Kees Schouhamer Immink , uno de los desarrolladores del diseño original del CD, argumenta que Sony apostaba por un disco de 10 cm y Philips de 11,5 cm. Como Philips ya estaba construyendo una fábrica para ese formato, Sony hubiera quedado en desventaja si hubiera aceptado la propuesta de Philips.
Finalmente se tomó el tamaño de 12 cm, aunque las discográficas sólo podían grabar, al principio, hasta 72 minutos; la versión de 74 minutos de la 9na Sinfonía de Beethoven, registrada en 1951 en el Bayreuther Festspiele con la conducción de Wilhelm Furtwängler, pudo ser plasmada en CD recién en 1988.
Según Sony, la idea original era que el CD se usara en forma vertical, pero luego se dieron cuenta que usarlo en forma horizontal era más sencillo (hoy muchas compacteras, sobre todo de PC. pueden ser usadas en ambas posiciones). La primera lectora de CD llevaba el número de modelo 101, un homenaje nipón a la condición binaria de toda la información que se almacenaba allí.
El CD fue un éxito, y cambió la manera en que se escuchaba música. También, y probablemente sin que sus creadores lo anticiparan, la forma en que la música se distribuye: una vez que se volvió digital, y con el crecimiento de las computadoras capaces de leer estos discos (el CD-ROM nació en 1985) fue imposible detener su copia. La creación y posterior estandarización del MP3 (técnicamente, la capa III del estándar MPEG-1) en 1991 fue el principio de una lenta (y no concluida) retirada del disco compacto como soporte físico preferido para la música.
Con motivo del 30 aniversario de la entrada del CD al mercado, Universal Music ha lanzado esta semana en Japón una serie especial de CD que incluye, como no podía ser de otro modo, la Novena Sinfonía de Beethoven en homenaje a su influencia en el disco que marcó una nueva era en el audio.
El disco compacto había nacido años antes, a fines de la década de 1970, como un proyecto de investigación de Philips; su nombre remite, justamente, a ofrecer un soporte físico más pequeño que el disco de vinilo, y al mismo brindar una mejor calidad de audio (aunque los defensores del vinilo siguen discutiendo esto). En forma simultánea Sony había estado trabajando en un esquema similar. Así, ambas compañías se unieron y definieron el estándar del Compact Disc; luego se sumaron CBS (discográfica de Sony) y Polygram (propiedad de Philips).
El primer álbum elegido fue el sexto disco solista de Billy Joel, llamado 52nd Street .
El CD llevó a las masas la posibilidad de escuchar audio de alta fidelidad, registrado en 16 bit y una tasa de muestreo de 44,1 kHz (es decir, que toma 44.100 muestras de sonido por segundo, y codifica cada una usando 2 bytes de información).
El CD original tenía una duración de 74 minutos y 33 segundos, y la leyenda popular sugiere que se hizo así porque la esposa de Norio Ohga, vicepresidente de Sony, quería poder escuchar la 9na Sinfonía de Beethoven en un solo disco, algo que también figura en la historia oficial de Philips. Sin embargo, Kees Schouhamer Immink , uno de los desarrolladores del diseño original del CD, argumenta que Sony apostaba por un disco de 10 cm y Philips de 11,5 cm. Como Philips ya estaba construyendo una fábrica para ese formato, Sony hubiera quedado en desventaja si hubiera aceptado la propuesta de Philips.
Finalmente se tomó el tamaño de 12 cm, aunque las discográficas sólo podían grabar, al principio, hasta 72 minutos; la versión de 74 minutos de la 9na Sinfonía de Beethoven, registrada en 1951 en el Bayreuther Festspiele con la conducción de Wilhelm Furtwängler, pudo ser plasmada en CD recién en 1988.
Según Sony, la idea original era que el CD se usara en forma vertical, pero luego se dieron cuenta que usarlo en forma horizontal era más sencillo (hoy muchas compacteras, sobre todo de PC. pueden ser usadas en ambas posiciones). La primera lectora de CD llevaba el número de modelo 101, un homenaje nipón a la condición binaria de toda la información que se almacenaba allí.
El CD fue un éxito, y cambió la manera en que se escuchaba música. También, y probablemente sin que sus creadores lo anticiparan, la forma en que la música se distribuye: una vez que se volvió digital, y con el crecimiento de las computadoras capaces de leer estos discos (el CD-ROM nació en 1985) fue imposible detener su copia. La creación y posterior estandarización del MP3 (técnicamente, la capa III del estándar MPEG-1) en 1991 fue el principio de una lenta (y no concluida) retirada del disco compacto como soporte físico preferido para la música.
Con motivo del 30 aniversario de la entrada del CD al mercado, Universal Music ha lanzado esta semana en Japón una serie especial de CD que incluye, como no podía ser de otro modo, la Novena Sinfonía de Beethoven en homenaje a su influencia en el disco que marcó una nueva era en el audio.
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