Pero ¿a quién le interesa la admiración de los ignorantes? Quizás a los estúpidos. De hecho el lujo es una manifestación de estupidez.
Ya sabía de este texto, supe de el gracias a una diseñadora y siempre nos ha parecido preciso, conciso y lúcido.
Por ello desde hace tiempo quería compartirles estas ideas de Bruno Munari, aparecen en su libro ¿Como nacen los objetos? El diseño y el lujo. Por una u otra razón no lo había hecho. Hoy por fin lo recordé y al buscar datos en internet aparece el autor, su texto y curiosamente aplicado al caso Bang & Olufsen en este blog.
Ahondo que para mí el audio de gama alta padece un cáncer desde hace algún tiempo, perseguir el lujo por el lujo, los superlativos estúpidos y sin sentido, ya no es cosa de diseños redundantes o partes de calidad, no, se ha llegado al nivel de acabados absurdos y formas bellas pero inútiles para el fin de uso del objeto en cuestión solo para alimentar una idea de valor que en realidad no existe y no es. Incluso ha definido ya la orientación de varias compañías como harman que ahora nombra a su división de audio de gama alta "Harman Luxury Audio"
El texto de Bruno Monari es este:
«El lujo es la manifestación de la riqueza incivil que quiere
impresionar a quien se ha quedado pobre. Es la manifestación de la
importancia que se le da a todo lo exterior y revela la falta de interés
por todo lo que es elevación cultural. Es el triunfo de la apariencia
sobre la sustancia.
»El lujo es la manifestación de la riqueza incivil que quiere
impresionar a quien se ha quedado pobre. Es la manifestación de la
importancia que se le da a todo lo exterior y revela la falta de interés
por todo lo que es elevación cultural. Es el triunfo de la apariencia
sobre la sustancia.
»El lujo es una necesidad para mucha gente que quiere tener una
sensación de dominio sobre los demás. Pero los demás si son personas
civiles saben que el lujo es ficción, si son ignorantes admirarán y tal
vez hasta envidien a quién vive en el lujo. Pero ¿a quién le interesa la
admiración de los ignorantes? Quizás a los estúpidos. De hecho el lujo
es una manifestación de estupidez.
»Por ejemplo: ¿para qué sirven los grifos de oro? Si por esos grifos de
oro sale un agua contaminada ¿no sería más inteligente, por el mismo
precio, instalar un depurador de agua y tener unos grifos normales?
»El lujo es pues la utiización impropia de materiales costosos sin mejorar sus funciones. Por tanto, es una estupidez.
»Naturalmente el lujo está relacionado con la arrogancia y con el
dominio sobre los demás. Está relacionado con un falso sentido de
autoridad. Antiguamente la autoridad era el brujo que tenía aderezos y
objetos que sólo él podía poseer. El rey y los poderosos se vestían con
costosísimos tejidos y pieles. Cuanto más sumido en la ignorancia se
tenía al pueblo más rodeada de riquezas se mostraba la autoridad. Y
todavía hoy se producen en muchas naciones estas manifestaciones de
apariencias milagrosas. A la vez, sin embargo, entre la gente sana va
ganando terreno el conocimiento de la realidad de las cosas y no su
apariencia. El modelo ya no es el lujo y la riqueza, ya no es tanto el
tener como el ser (para decirlo con palabras de Erich Fromm). A medida
que desciende el analfabetismo la autoridad aparente disminuye y en
lugar de la autoridad impuesta se considera la autoridad reconocida. Un
cretino sentado en un gran trono tal vez podría sugestionar en tiempos
pasados, pero hoy, y sobre todo mañana, se espera que deje para los
dirigentes impuestos, los decorados especiales para los mandatorios, los
estrados de lujo levantados sobre tarimas de caoba, los oropelas, los
graderíos y todo lo que servía para sugestionar.
»En fin, quiero decir que el lujo no es un problema de diseño.»
1 comentario:
Gracias por compartir estas investigaciones hacía un público que desea saber y conocer de lo mejor en el ámbito de las artes.
Sigan con esa pasión por las artes y el penamiento.
Saludos cordiales, Héctor Morales.
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